A las cuatro y un minuto de la tarde del domingo 2 de mayo
de 1982, a un mes de iniciado el conflicto bélico por las Islas Malvinas, el
buque de la armada argentina General Belgrano fue hundido mediante el bombardeo
del submarino nuclear británico Conqueror.
Una hora después, con daños de alta magnitud, el buque se hundió en las
aguas del Atlántico Sur, dejando como consecuencia 323 muertos de los 1.093
tripulantes que llevaba el barco.
Sin embargo, el dato
que mas revuelo causó de este lamentable hecho fue que “el Belgrano” navegaba
fuera del área de exclusión de 200 millas en torno a las Malvinas fijada por
Londres, y en dirección hacia la costa continental argentina.
Hoy, al recordar en este mes los 30 años que pasaron del
hundimiento del ARA General Belgrano, el dolor y la conmoción de las familias
de las víctimas y de los sobrevivientes siguen intactos. Por esa razón, Revista
Mirala dialogó con uno de los sobrevivientes del trágico episodio, Marcelo Romano.
Marcelo formó parte de la Armada Argentina desde el año 1971
y en 1982, mientras estaba capacitándose en los sistemas informáticos de los
nuevos buques, fue convocado para integrar la tripulación del crucero ARA Gral
Belgrano.
“Previo al ataque británico, el personal del buque se
encontraba en situación de combate, ya que la noche anterior al hundimiento,
estuvimos a punto de iniciar una aproximación desde el sur, pero se suspendió
por razones meteorológicas en el norte de las Islas Malvinas “, cuenta Marcelo.
Y agrega: “Yo me encontraba descansando y escuché una tremenda explosión”. En
ese momento, el Belgrano fue interceptado por uno de los dos torpedos
británicos, causando la explosión en la proa y casi en el centro del barco.
Luego de aproximadamente 20 minutos, el comandante del barco, Héctor Bonzo, dio
la orden de abandonar el buque y cerca
de las cinco de la tarde, “el Belgrano” se hundió lentamente con nueve mil
toneladas de agua a bordo.
Sin embargo, Marcelo relata que la supervivencia en el mar,
durante casi 48 horas, luego de abandonar el barco fue lo peor. “Una vez que el
buque se hundió, salimos en balsas y el mar tenía olas de entre seis y siete
metros, y eso sumado al intenso frio que terminó siendo lo peor para los
soldados. En particular, el frio fue el
peor enemigo”
Luego de la guerra de Malvinas los jóvenes y adultos
sobrevivientes, en muchos casos, se vieron afectados psicológicamente luego de
haber vivido en carne propia la guerra más impactante y dolorosa para la República Argentina. En el caso de Marcelo
Romano, en ningún momento ninguna institución instrumento algún tipo de
contención para los sobrevivientes del ARA Gral Belgrano: “Mi recuperación fue por mi
mismo, y mucho tuvo que ver mi esposa y mi familia. La ayuda para superar el
gran stress post traumático la busque yo sólo, luego de varios años de ocurrido
el hundimiento”.
En la actualidad, siguen existiendo debates y opiniones
encontradas respecto a que el crucero se encontraba fuera de la zona de
exclusión que había impuesto Inglaterra.
Marcelo opina que estaban en guerra
y que fijar en un límite tan taxativo no
tiene sentido en esa situación. “Nosotros
estábamos fuera, pero muy cerca”.
Sin embargo, agrega que si para Inglaterra hundir el
Belgrano era una cuestión estratégica, no lo cuestiona, ya que “nosotros en una
situación similar hubiéramos hecho lo mismo “.
Para todos los Argentinos, tanto los combatientes que
murieron en guerra como los que sobrevivieron, son los principales héroes que
tiene el país. “Siempre fuimos muy bien considerados por toda la sociedad
argentina, y hoy también seguimos siendo motivo de respeto y admiración por
gente de cualquier edad, aún por los jóvenes” comenta Marcelo y afirma que el
Belgrano quizás sea un caso muy conmovedor para la sociedad en general. Sin
embargo, también asegura que lamentablemente demoró mucho el reconocimiento de
los soldados por parte del estado.
Luego de la guerra con Inglaterra en las Islas Malvinas,
Marcelo optó por continuar en la Armada Argentina hasta el 2006 en el que se
retiró como Capitán de navío.
Malvinas significa una herida abierta para muchos, tanto
para los soldados que se enfrentaron al horror cara a cara como para quienes
tuvieron que verlo desde afuera y sufrir por personas que estaban sacrificando
sus propias vidas por defender a nuestra
Argentina. “Malvinas significó y significa aún hoy, un gran cambio de enfoque
respecto de las prioridades que se tienen en la vida” concluyó Marcelo Romano,
sobreviviente del ARA General Belgrano.
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