
Independiente me hace sentir algo que nada ni nadie logra igualar. No es mejor ni peor que otros sentimientos, es simplemente hermoso. Ver al equipo del cual soy hincha y fanática pisar un terreno de juego me despierta un júbilo inmenso en el corazón. Pero no puedo negar que también me produjo y hasta me sigue produciendo miedos, sufrimientos y tristezas, sobre todo al ver a los jugadores retirarse de una chancha luego de la derrota.
Todo eso produce el dueño de Avellaneda, un sentimiento inigualable donde todos los estados de animos pasan por un mismo lugar.

1. Monarca o soberano de un reino: Nuestro reino es Avellaneda. Avellaneda está teñida de rojo por donde se lo mire. “Para que sepas que en el barrio mando yo”.
2. Hombre,animal o cosa del género masculino que sobresale entre los demás de su clase o especie por sus cualidades superiores: Por la lucha, la paciencia y la grandeza que tiene este club del cual estoy orgullosa de formar parte.
Papeles, bengalas, humo, fuegos artificiales y banderas tiñeron de rojo cada una de las ubicaciones que forman el Libertadores. Cada uno de esos lugares, tanto quienes estuvieron sentados como parados, son ocupados por personas que sienten el amor a la camiseta. Un amor que no se compara, no se imita ni se iguala. Un amor que sólo los hinchas del corazón del club podemos disfrutar.
Al ver el Libertadores de América repleto de fanáticos enfermizos del “rojo” no hizo más que aumentar mi orgullo, causó un pensamiento similar a “Gracias papá “. Si, gracias por haberme introducido en esta felicidad que sólo logran producirla en mi vida esas personas que dejan alma y vida en un piso de césped.
Tal vez mucho no compartan este pensamiento, pero si de algo estoy segura y creo que cualquier simpatizante de otro club de fútbol también puede afirmar, es que con este mérito Independiente se vuelve a incorporar lentamente en un lugar del que nunca debió salir, de aquel lugar al que el Rey pertenece. En una escala de grandes clubes donde cada vez son más, pero a la vez, cada vez son menos. Un hermoso final donde el fuego y el diablo tomaron el protagonismo.
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